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17/06/2020 - Crisis

Bolsonaro contragolpea, denuncia "abusos" de la Corte y amenaza con poner "en caja" a los jueces

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lanzó un contraataque en la crisis institucional que vive el país, al amenazar con "poner las cosas en su debido lugar" y acusar a la Corte Suprema de haber "abusado" con la investigación por una supuesta red criminal golpista contra empresarios, parlamentarios y blogueros de ultraderecha.

Detalles.

"Yo no seré el primero en patear el tablero. Ellos (el Supremo Tribunal Federal, STF) están abusando, a la vista de todos. Han quebrado el sigilo fiscal y bancario de diputados y senadores, algo nunca visto en una democracia por más frágil que esta sea. Está llegando la hora de poner las cosas en su debido lugar", advirtió.

Lo hizo en respuesta a la investigación abierta por la fiscalía de Brasilia que lleva adelante el juez Alexandre de Moraes, del STF, sobre articulaciones en redes sociales que forman parte de organizaciones de manifestaciones que piden un golpe militar.

Diez diputados y un senador del bolsonarismo fueron incluidos en la investigación por la cual fueron detenidos seis activistas del neofascismo brasileño, entre ellas la líder del grupo, Sara Giromini, alias Sara Winter, quienes pugnan por el cierre del Congreso y el Supremo Tribunal Federal.

Durante la pandemia y sin barbijo, Bolsonaro participó de esos actos en Brasilia, aunque dice que no los organiza, que son impulsados por sus seguidores.

El presidente enfrenta también un escenario lleno de interrogantes con las Fuerzas Armadas: según algunos interlocutores, los jefes militares no están de acuerdo en que el presidente use a las fuerzas como forma de ahuyentar a los otros poderes, como si fuera una amenaza de autogolpe.

Es por eso que el general Edson Pujol, jefe del Ejército, se reunió el fin de semana con el juez de la Corte Gilmar Mendes en una visita oficial de "cortesía", en la cual el magistrado afirmó que no hay intenciones de obstruir el gobierno de Bolsonaro, principal argumento del oficialismo para invocar el fantasma militar.

En el Palacio de la Alvorada ante seguidores, Bolsonaro contó que después de haber vivido en la década del 70 (durante la dictadura militar) sabe "lo que debe ser hecho para gobernar Brasil".

Cerca de la medianoche, en las redes sociales Bolsonaro había prometido "acciones legales para proteger la libertad e los brasileños" contra el Supremo Tribunal Federal y que no se quedará "callado mirando mientras derechos son violados e ideas son perseguidas".

La investigación golpea al círculo cercano a Bolsonaro, porque se busca determinar desde 2018 la financiación de los grupos de la extrema derecha que organizan actos en todos el país y es por eso que se levantó el secreto bancario y fiscal de legisladores, para saber si hay desvío de dinero público para estas organizaciones golpistas.

Bolsonaro reivindicó en su mensaje "la defensa del libre mercado" y el cese de relaciones con "dictaduras comunistas", además de afirmar que lo que la corte ve como "autoritarismo no pasa de una posición alineada a valores del pueblo, que en su gran mayoría es conservador".

"El conservadurismo fue abolido de nuestra política por décadas y las personas con esos valores vivieron bajo gobiernos socialistas (sic) que entregaron el país a la violencia y a la corrupción, hirieron a la democracia y destruyeron la identidad nacional", afirmó.

Bolsonaro acusó a lo que calificó "un militante de izquierda", el inimputable psiquiátrico Adelio Bispo de Oliveira, de haberlo intentado asesinar en 2018, cuando sufrió un atentado a cuchillo durante la campaña presidencial.

"En enero de 2019 pusimos fin al ciclo PT-PSDB e iniciamos una escalada hacia la libertad, trabajando por reformas necesarias, adoptando economía de mercado, ampliando el derecho de defensa de los ciudadanos", remarcó, y en el último punto hizo mención a la liberación del armamento para civiles.

En ese marco, el Gobierno se encuentra también haciendo equilibrio sobre la permanencia o no en el cargo del ministro de Educación, Abraham Weintraub, un economista ultraliberal que en una reunión de Gabinete afirmó que deberían estar presos todos los miembros de la Corte.

El ala militar del Gobierno quiere su renuncia, pero a raíz de una posible prisión preventiva el ala ideólgica del Ejecutivo, que responde al gurú de la ultraderecha, el astrólogo Olavo de Carvalho, sugirió que Bolsonaro lo designe en algún cargo en la embajada en Portugal.

La investigación contra la Ley de Seguridad Nacional que involucra a gran parte del bolsonarismo activista se agrega también a otra llamada de "fake news" (noticias falsas), en la que se investiga el modus operandi de una asociación criminal financiada por empresarios para entablar amenazas y campañas difamatorias en las redes.

En ese sentido, surge como clave la lejana alianza sellada en 2018 entre el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del Presidente, y el estratega digital de la campaña de Donald Trump y de la nueva derecha global antisistema, Steve Bannon.

En paralelo, corre en el TSF una investigación para ver si una organización criminal con lavado de dinero utilizó las redes para la campaña presidencial: el caso puede anular la victoria de la fórmula Jair Bolsonaro-Hamilton Mourao.

El Presidente está siendo investigado, también, por obstrucción de la justicia, a raíz de la acusación del ex ministro de esa cartera Sérgio Moro de querer manipular a la Policía Federal para proteger a sus aliados de investigaciones. Este caso puede llevarlo a una denuncia de la Fiscalía general.

En el Congreso, hay más de 35 pedidos de juicio político -los últimos por negligencia ante la pandemia, que ya causa más de 45.000 muertos -pero Bolsonaro se ha blindado logrando apoyos de partidos de centroderecha a los que les ha ofrecido cargos en empresas estatales y ministerios.

Justamente un nuevo Ministerio fue creado, el de Comunicaciones, que tendrá bajo su órbita desde el control de los medios públicos hasta responsabilizarse de la empresa Correios, la postal más grande América Latina, y la decisión de autorizar o no la implementación del 5G en Brasil, con la empresa tecnológica china Huawei de transfondo y la disputa Washington-Beijing en suelo tropical.

El nuevo ministro es el diputado Fábio Faria, del Partido Social Demócrata (PSD), yerno de un magnate bolsonarista, el empresario y presentador televisivo Silvio Santos, dueño del canal oficialista SBT.