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AMPLIARCrecen las movilizaciónes contra el corrupto de Temer

Cada vez peor, cae cuarto asesor de Temer

Renunció el asesor presidencial Sandro Mabel, el cuarto colaborador de Michel Temer en abandonar el gobierno, mientras crecía la tensión política al cumplirse una semana del escándalo por supuestos sobornos pactados con JBS.

Detalles.

En los corrillos se analizaban varias formas de sucesión: elección de sucesor y hasta indulto "a lo Nixon".

Sandro Mabel, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), era uno de los hombres de confianza de Temer que le asignó la responsabilidad de negociar con el Parlamento, donde se tramitan las reformas previsional y laboral.

La salida del funcionario fue informada hoy por la prensa al cumplirse una semana del escándalo en el que está mencionado Temer, que fue grabado cuando pactaba un supuesto soborno con el dueño del frigorífico JBS, Joesley Batista.

Observadores señalaron que Mabel era uno de los consejeros del "círculo áulico" presidencial, pues su oficina se encontraba en el codiciado tercer piso del Palacio del Planalto, donde se encuentra el despacho del jefe de Estado.

Mabel fue mencionado por el Supremo Tribunal Federal por supuesto cobro de dinero ilegal aportado por la constructora Odebrecht, pivote de otro escándalo de proporciones. Desde el miércoles pasado tres asesores directos de Temer perdieron sus cargos: Mabel, Tadeu Filipelli y Rodrigo Rocha Loures, todos envueltos en casos de corrupción y pertenecientes al PMDB, el partido del mandatario.

Y en diciembre había renunciado otro asesor, José Yunes, luego de un escándalo relacionado con el exdiputado "pemedebista" Eduardo Cunha, que purga una condena de 15 años por su participación en la red mafiosa develada en la causa Lava Jato.

Michel Temer, que acaba de cumplir un año en el gobierno, también le aceptó la renuncia a siete ministros salpicados por corrupción, casi todos ellos por el caso investigado en Lava Jato.

Pero si las anteriores renuncias lo afectaron indirectamente, éstas de la última semana están asociadas a una denuncia que impactó directamente en Temer.

Luego de la "delación premiada" del empresario Batista, de JBS, la Procuraduría General de la República acusó al gobernante por asociación ilícita, obstrucción de la Justicia y corrupción pasiva.

La última semana ha sido una suerte de calvario político para el presidente, que luego de afirmar tres veces en público que permanecerá en el cargo, hoy recibió a un grupo de senadores del PMDB.

De los 22 senadores "pemedebistas" sólo fueron 17 a la reunión de hoy en el Palacio del Planalto.

Se destacó la ausencia del jefe del bloque de senadores del PMDB, Renán Calheiros, considerado uno de los hombres más poderosos del Parlamento.

Y a pesar de ser un correligionario de Temer, el "pemedebista" Calheiros sugirió ayer algunos nombres para asumir la presidencia de la República.

El influyente Calheiros citó a Carmen Lucia, presidenta de la Corte, Eunicio de Oliveira, titular del Senado, Nelgon Jobim, exministro de Defensa, Gilmar Mendes, juez de la Corte, Geraldo Alckmin, gobernador de San Pablo, Aldo Rebelo, exministro de Deportes y Rodrigo Maia, actual presidente de Diputados.

La danza de nombres citados en los medios incluye al ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, y al senador Tasso Jereissati, que es el presidente del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).

El PSDB y Demócratas (DEM) son las dos fuerzas que componen el trípode, junto al PMDB, donde se sostiene el gobierno de coalición cada vez más debilitado.

Las especulaciones sobre la salida de esos dos partidos del gobierno están a la orden del día, como la intención de convocar elecciones indirectas.

"En conversaciones reservadas dirigentes del PSDB y DEM evalúan que en caso de que la coalición no presente alternativas de poder el movimiento por elecciones directas puede ganar fuerza" escribió hoy el portal del diario Estado.

Otra de las especulaciones es que Temer llegue a un acuerdo por el cual renunciaría y su sucesor firmaría un indulto.

Tal como ocurrió en 1974 en Estados Unidos, cuando Richard Nixon fue beneficiado por el recién asumido Geraldo Ford, que había sido su vicepresidente.