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AMPLIARCuidado con la "xenofobia" advirtió el Gobierno de Chile

Los inmigrantes son un aporte, Bachelet los defiende

Los inmigrantes "son un aporte" defendió ayer la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, al salir al cruce de la propuesta de la derecha opositora de endurecer las condiciones de entrada de latinoamericanos al país.

Detalles.

La mandataria anunció "prioridad" para una nueva ley de migraciones, "acorde a los tiempos de globalización que vivimos, porque la que tenemos es muy, muy antigua", de 1975, bajo dictadura. Bachelet aseguró que "los migrantes con su diversidad y sus ganas de surgir son un aporte a Chile" y reivindicó que "nosotros somos un país abierto y acogedor, y lo vamos a seguir siendo". Con la recuperación de la democracia en 1990, Chile ha recibido una gran cantidad de migrantes procedentes de Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador, a los que se han sumado en los últimos dos años un fuerte arribo de haitianos y dominicanos. El jefe del Departamento de Extranjería, Rodrigo Sandoval, informó hoy que la nueva ley establecerá una nueva institucionalidad, un nuevo modelo de visas, todo apegado a un enfoque de derechos.

"Tenemos que asegurar que las personas tengan una respuesta administrativa, con condicionantes, plazos más acotados, garantías, pero tiene que existir la voluntad. De lo contrario esa persona va a mal utilizar otro formato para ingresar", explicó.

El tema de la migración saltó al debate luego que se conociera la propuesta del bloque de derecha Chile Vamos que pidió regularizar la entrada de extranjeros. La iniciativa planteó exigir "patrimonio suficiente para permanecer en Chile", tener una profesión u oficio lícito; solicitar cédula de identidad ante el Registro Civil dentro de los 90 días, contados desde la entrada en vigencia del permiso de residencia, e informar cualquier cambio de domicilio.

El ex presidente Sebastián Piñera (2010-2014), quien encabeza los sondeos de cara a los comicios del próximo año, radicalizó la propuesta y postuló "cerrar totalmente las fronteras a males como el narcotráfico, el contrabando, el crimen organizado o la inmigración ilegal".

En su opinión, "de esa forma vamos a lograr que la inmigración sea un aporte para nuestro país y vamos a dejar fuera lo que no queremos que entre a nuestro país".

El oficialismo calificó la iniciativa de "peligrosa, xenofóbica y errónea", al vincular inmigrantes a delitos, siendo que cifras policiales arrojhan que un 0,36% de los extranjeros en el país cometen ilícitos.

Su par socialista Daniel Melo pidió no criminalizar al extranjero ni replicar el modelo "Trump" en Chile.

Bachelet recordó además que "hay 900 mil chilenos viviendo en el extranjero" y observó que "así como queremos que a nuestros compatriotas los traten bien afuera, nosotros también tenemos que preocuparnos por las personas de otros países que viven, trabajan y contribuyen en Chile". La propuesta de la derecha también se tomó el debate en redes sociales y en el mundo académico. La socióloga de la Facultad de Ciencias Sociales, María Emilia Tijoux, alertó sobre el peligro de amalgamar categorías como delincuencia e inmigración. "Esos pares funcionan inmediatamente como un imaginario que tiene un efecto super potente en la gente sobre todo cuando está viviendo sus propios problemas, tristezas, preocupaciones". Así, "lo primero que pasa es que los culpables de lo que le ocurre a la gente son los inmigrantes: 'no hay trabajo', 'me dejó mi esposo', 'no tengo posibilidad de ir a un servicio público', 'me atienden mal en un consultorio'".

Los discursos "ultra", analizó, son para tener más votos en las elecciones, como es la tendencia mundial. Aunque, apuntó, "son muy irresponsables" y "hay que ver qué hay detrás. No creo que los personajes que dicen estas cosas sean ignorantes. Ellos saben perfectamente lo que están diciendo, y que no es así". Pero, admitió, entran en la gente, "a través del miedo a la diferencia y la rabia individualista".