AMPLIARAcotto

13/10/2016 - Por Sebastián Ganzburg

El ex dirigente Juan Acotto recibió el Gran Decano

Fue en reconocimiento a su gestión de más de 20 años en el club. Tesorero y vicepresidente. Durante su paso por la comisión directiva, Atlético, realizó la venta más importante del fútbol tucumano: Julio Ricardo Villa a Racing, en 1977. Además se amplió enormemente al estadio Monumental.

Mientras fue parte de la comisión directiva, la institución salió de grandes crisis y llegó a participar de viejos Torneos Nacionales de 1973, 1974, 1975, 1976, 1978, 1979, 1980, 1981 y 1984. Destacándose la participación de 1979 donde finalizó tercero, detrás del campeón River Plate y el subcampeón Unión, siendo esta la mejor campaña de un equipo del norte argentino en Primera.

“Estoy muy emocionado porque yo dejé el club en 1987, hace casi 30 años (Atlético Tucumán ascendía por primera vez al Nacional B). Este reconocimiento como ex futbolista y dirigente me llena de satisfacción”, expresó Acotto, más conocido como Gringo, en diálogo con TucumánHoy, luego de recibir a los 79 años, un merecido homenaje.

La entrega del Gran Decano fue el viernes 7 de octubre en el hotel Catalina Park, en el marco del aniversario por los 114 años de Atlético. También fue destacado el ex goleador Julio Barreto, quien se desempeñó como delantero mientras el Gringo era dirigente.

“Son 25 años que estuve como dirigente. Es parte de mi vida, al igual que San Lorenzo de Almagro (de quien también es hincha), el cuadro del Papa”, expresó entre tiernas risas.

Una venta histórica

Ricardo Julio Villa fue el goleador histórico de Atlético Tucumán, la hinchada lo bautizó como Dios. Entre 1974 y 1976 jugó 51 partidos, marcando 19 tantos. En 1977 fue vendido a Racing Club, en un pase record para el fútbol argentino: 70 millones de pesos de aquella época. Villa fue campeón del mundo con Argentina en 1978 e ídolo indiscutible del cuadro inglés Tottenham Hotspur. “Mientras era tesorero, Villa fue vendido a Racing. En principio lo quería Independiente pero no llegaban a pagar lo que ofrecía la Academia. Cuando se concretó la transacción, Bussi (por entonces gobernador de facto de Tucumán) nos pidió un 20 por ciento para el Fondo Patriótico Azucarero* y no tuvimos más remedio que aceptar”, lamentó.

Por otro lado recordó que durante su gestión “Atlético entraba al viejo Nacional y nos exigían mayor capacidad. En tres meses concretamos la obra. La empresa que ganó la licitación trabajaba mañana, tarde y noche con más de 50 operarios”, relató.

¿Cómo ves a la dirigencia actual?

Para ser dirigente, se deja de lado la familia, se descuida la profesión. Es un verdadero sacrificio por eso se lo hace con mucha pasión. Actualmente, el presidente Mario Leito, junto a su vicepresidente Ignacio Golobisky están haciendo un gran trabajo. Atlético, futbolísticamente, está por entrar a la Copa Libertadores de América, que sería lo máximo que lograría el futbol tucumano. Hay que felicitarlos.

¿Qué momentos recordás con cariño?

Yo jugaba de 10 y tuve la satisfacción de ser suplente del mejor 10 que hubo en Tucumán, Raúl Villalba. Además, como directivo trabajé en épocas de grandes crisis como las del ’72 y ’83. Mi filosofía era simple: si en la familia entra 10 pesos no hay que gastar 11, caso contrario te empezás a endeudar. Es decir, no se gasta más de lo que se tiene.

Relación con la barra brava

Acottó comentó que es fundamental saber manejar a la barra para lograr una sana convivencia. “Vos no podés ponerte totalmente en contra de la barra brava, sino que tenés que tratar de lograr cierta amistad. Yo los llamaba y les decía: hay que trabajar en el club como pintar o arreglar los baños, a cambio nosotros les otorgábamos entradas. Ellos lo entendían, por lo tanto nunca tuve problemas”.

Finalmente resaltó la distinción a Barreto, “fue un gran goleador mientras yo era dirigente”.

*Los ingenios de Tucumán, que habían aplaudido “el orden y limpieza” sindical y gremial que instauró Antonio Domingo Bussi, fueron obligados a aportar al Fondo Patriótico Azucarero lo que más allá del aporte en sí, constituía una de las tantas formas que tenía el gobierno dictatorial de ejercer el control social, más allá del político-militar. El Fondo Patriótico Azucarero fue creado en Tucumán por decreto de junio de 1976. Con aportes mínimos de 120.000 y máximos de 1.00.000, totalizaron 4.640.000- todas las cifras son en dólares- según consta en el informe de Tesorería General de la Provincia de 1977 y que lleva la firma de su entonces titular Eduardo Jairala. (Investigación del periodista Hernán López Echague).