Enviar Nota | Imprimir

AMPLIARUn taxi, al amparo del crecimiento del turismo. Imagen típica de La Habana.

Promeven las bicicleta para conseguir ordenar el caótico transporte habanero

En medio de un transporte público que tiende al desorden y al enmarañamiento en La Habana, las autoridades anunciaron una reorganización con rutas preestablecidas para taxistas privados, mejor gestión estatal e incluso el uso de bicicletas.

Detalles.

Un directivo de la rama en la capital defendió ante la televisión nacional "la necesidad de incentivar otros tipos de transporte más económicos y sin perjuicios al medioambiente como bicicletas, así como integrar los diversos operadores (...) bajo un itinerario ordenado y regulado". José Conesa, director provincial de Transporte, divulgó una nueva política con el "principio fundamental" de separar "las funciones estatales y las empresariales" en ese rubro en La Habana.

Expertos en el tema presentados en el programa Mesa Redonda reconocieron recientemente que la capital de Cuba es la ciudad de país "donde más afluencia de personas hay, y, por tanto, donde el mayor caos se genera" para los traslados. Mencionó como problemas actuales del transporte público "la ausencia de estrategias de recuperación infraestructural, de gestión integral de la calidad, y de organización de los servicios básicos y complementarios, entre muchos otros factores, los cuales llevaron al planteamiento de líneas estratégicas".

La que aparece como una crisis actual del sector no solo en La Habana sino también en otras ciudades del país, estalló cuando los taxistas privados o "boteros" comenzaron a cobrar precios excesivos a sus clientes al anunciar el gobierno medidas de ahorro de combustible para el país en agosto pasado. La explicación para esos aumentos fue que los precios del litro de gasolina en compras ilegales de los taxistas, subieron.

Sin embargo los de los servicentros para el público en general, se mantuvieron al mismo nivel de antes.

Las tarifas fueron entonces limitadas con "topes máximos" por las autoridades citadinas, que aceptaron denuncias por una línea telefónica para ello y a partir de estas aplicaron sanciones y multas a los conductores. No obstante, y según criterios que corrieron entre los habaneros, un número de "boteros" (taxistas privados) dejó el negocio y el transporte tuvo un impacto negativo por ello.

En el programa de televisión se reveló que ya existe una nueva entidad, el departamento de pasaje, "encargado de velar porque se cumpla el servicio de los diferentes operadores de la capital".

Según se explicó. ese órgano "ayuda al pasajero" al "controlar la disciplina de los choferes y orientar y apoyar al usuario. Pero no solo en el sector privado sino también en el estatal.

Uno de los directivos participante en el espacio de televisión reconoció que ómnibus de línea "paran fuera de lugar, manipulan el efectivo" de los cobros a pasajeros, se desvían de rutas, y tienen irregularidades en los horarios de entrada y salida" de los vehículos. También llamó a la población a "notificar a los infractores".

Se reportó además una escasez de ómnibus. El "parque" de vehículos está formado por 700 ómnibus, número "que mantiene estable" el flujo diariamente "si bien no es suficiente en los niveles de transportación", reconocieron.

Los taxis privados, cerca de 8.000 en La Habana, "mueven" por la ciudad a unas 160 mil personas diarias, aunque muchos de los choferes tienen problemas vinculados a trámites legales con la licencia de conducir y a sus permisos de operaciones como "cuentapropistas".