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AMPLIARUna planta de vainilla en estado natural, a riesgo de desaparecer

La vainilla natural a riesgo de extinción

Helado de vainilla, bizcocho de vainilla, mousse de vainilla; ese sabor omnipresente en la gastronomía mundial viene de una planta oriunda de las Américas que hoy se produce sobre todo en Africa, pero está en riesgo en su variedad natural, víctima de su propia popularidad.

Detalles.

Los conquistadores españoles conocieron la vainilla en las costas mexicanas de Veracruz. Con el tiempo llegó a la reina Isabel I de Inglaterra y a la corte francesa, donde fue muy apreciada por el Rey Sol.

Fue precisamente Luis XIV quien decidió introducir el cultivo en la actual Isla de la Reunión, desde donde con el tiempo pasó a Madagascar, cuyo clima favorable la convierte hoy en el origen del 80 por ciento de la vainilla natural que se consume en el mundo.

La vainilla natural, como su nombre lo dice, deriva de las plantas y no se obtiene por procesos químicos. Pero escasea cada vez más, debido a una combinación de la demanda en aumento y cosechas en fuerte descenso, según reportó un artículo en la publicación Chemical and Engineering News.

Util en la pastelería, la industria alimentaria, la cosmética y la perfumería, la vainilla de Madagascar sufrió una baja del 50 por ciento en la producción en el último año, quedando en 15.00 toneladas, debido a la práctica de anticipar la cosecha para evitar el robo de las plantas.

Esto llevó al precio de las semillas de vainilla de 225 dólares el kilo, y el del extracto -apenas el 2 por ciento del peso de las semillas- a 11.000 dólares el kilo, cuando en 2012 era de 1.250 dólares.

Y la demanda está lejos de disminuir, ya que -según el centro de investigaciones Mintel- sólo en Estados Unidos el 2 por ciento de los nuevos alimentos y el 3 por ciento de las bebidas lanzadas el año pasado estaban aromatizados con vainilla, y actualmente en el mundo hay 18.000 productos que la contienen.

Hace tiempo las industrias encontraron el modo de reemplazar el extracto natural con un equivalente sintético, del que se producen 18.000 toneladas al año, pero la creciendo demanda de productos naturales está poniendo el sistema en crisis.

"Debemos hacer crecer más plantas -aseguró Carol McBride, de la compañía norteamericana Symrise-, salvaguardando la sustentabilidad de la vainilla y conservándola para las generaciones por venir".