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AMPLIARLos "boteros" o taxis cubanos enojados. Desde el Gobierno se busca una solución.

Taxistas de La Habana protestan ante control de tarifas

Los "boteros", taxis cubanos que operan en rutas trazadas, "contraatacan" en La Habana, tras una medida estatal de control de precios que ya canceló 44 licencias de esos privados, que son parte de un crucial servicio público.

Detalles.

"Hay que buscarle otra solución a este problema. Ahora mismo casi no se ven los boteros y los que están en la calle están así, que parten el recorrido para al final cobrar más", citó este viernes el diario Granma a un "cliente insatisfecho" en La Habana.

En la capital cubana el gobierno provincial aplica limitaciones "topes" de precios tras un aumento "extraoficial" de esos "cuentapropistas", tras decretarse en el país el mes pasado medidas de ahorro del combustible causa de tensiones en la economía nacional.

"Entre 20 carros (autos, ndr) que todos los días entraban por aquí, desde que se aplicó la medida solo están funcionando menos de la mitad, y la verdad necesitamos que vuelvan porque mira cómo está la cola (fila de espera), y no solo en esta hora de la mañana —que es horario pico— a veces son las 11 y todavía hay aquí diez o 15 personas esperando", explicó al periódico Roberto González, un "gestor de pasajeros" en una parada de boteros en la ciudad.

"La decisión fue buena porque puso un freno a la especulación, pero por otra parte creó un problema: los taxistas no quieren trabajar, y los afectados somos nosotros", añadió.

"Qué están haciendo los boteros? Huelga de brazos caídos", estimó otro entrevistado del diario. Junto a las medidas contra el incremento "ilegal" de los precios por parte de esos conductores, las autoridades comenzaron a aceptar denuncias de violaciones de la medida por parte de pasajeros. La policía investiga hasta ahora 154 denuncias por actividad económica y resultaron canceladas definitivamente otras 44 licencias comerciales a taxistas.

Ayer, en un recorrido por áreas de la ciudad, ANSA comprobó que clientes habituales de los "boteros" tenían tardanzas en llegar a sus trabajos. "Por aquí han dejado de pasar algunos que yo conozco", explicó Ernesto Hernández, un empleado del estado.

Hernández, no obstante, afirmó que algunos de esos privados han sufrido denuncias "inadecuadas" por clientes "molestos".

En este punto coincidió con Granma, que aseguró en su artículo de ayer que algunos ciudadanos no están de acuerdo con esas denuncias telefónicas.

El periódico reconoció que "toda esta situación ha generado mucha crítica y descontento en uno de los sectores particulares que, sin ser el medio de transporte más barato, ayuda a solventar la escasez de medios públicos para que la gente se traslade".

El sector del transporte público ha sido uno de los que más dolores de cabeza ha causado en Cuba, a la población y a las autoridades, que por décadas han cambiado sistemas de rutas, aplicado inversiones y otras muchas medidas para aliviar el problema de la falta de ómnibus en esta capital de dos millones de habitantes.

En el marco del proceso de cambios iniciado en 2008, se aplicó a los boteros un sistema de "oferta y demanda" que el gobierno provincial habanero ha suprimido.

Esos taxistas enfrentan la carestía de la gasolina, de los neumáticos y de los aceites de motor que vende legalmente el Estado y la escasez de piezas de repuesto, y pagan impuestos. "Hay que darle una vuelta a esta situación que se ha presentado con un trabajador por cuenta propia del que no podemos prescindir", explicó a Granma una funcionaria vinculada al sector del gobierno de La Habana, aunque sin adelantar nuevas medidas.