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AMPLIAREl opositor Eduardo Cunha

El otrora poderoso diputado Cunha, a riesgo de prisión

El hombre fuerte de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, engranaje importante del gobierno del presidente interino Michel Temer y que suma el respaldo de la bancada evangélica, corre el riesgo de terminar tras las rejas por corrupción en el caso "Petrolao".

Detalles.

El legislador evangélico es uno de los pilares en que se apoya el presidente Temer, quien al parecer está moviendo sus influencias para impedir que sea detenido, según señaló hoy el analista Merval Pereira en radio CBN.

"Lamentablemente Temer no tiene musculatura política para desentenderse de Cunha, y estaría apoyándolo en este momento en que puede ser detenido", señaló el columnista del grupo Globo, mientras otros medios coinciden con esa versión.

La situación jurídica de Cunha se tornó más comprometida hoy cuando el juez anticorrupción Sergio Moro abrió dos procesos contra su esposa e hija, ambas envueltas en la trama de corrupción de la petrolera estatal Petrobras.

El caso es que Cunha, oriundo de Rio de Janeiro, construyó su poder en parte gracias al respaldo de la bancada evangélica, que cuenta con 93 miembros en la Cámara de Diputados federal.

Ese número es mayor los principales grupos partidarios en la Cámara baja, que son el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y el Partido de los Trabajadores (PT).

La Procuraduría General de la República recomendó a la Corte Suprema que detenga a Cunha, que tiene foro privilegiado, por su participación en el "Petrolao", según se informó esta semana.

Uno de los delatores que integraron la red de corrupción dijo que Cunha cobró dinero de sobornos y lo depositó en cuentas de una iglesia evangélica carioca.

A pesar de las pruebas que hay contra el diputado, nadie se anima a asegurar que marchará preso.

Algunos comentaristas estiman que será difícil que Cunha finalmente sea detenido por el apoyo que recibe no sólo de Temer sino de los diputados que le son leales, entre ellos los evangélicos.

Pero mientras goza de la lealtad de los evangélicos, Cunha es repudiado por el movimiento feministas y los grupos que representan a la colectividad homosexual.

Esas agrupaciones lo cuestionan por haber impulsado leyes que criminalizan el aborto y alientan la homofobia.

"Cunha es la encarnación del autoritarismo, corrupto y homofóbico, es la cara del retroceso", dijo el diputado Jean Wyllys, primer legislador que reivindicó su condición de homosexual en Diputados.