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AMPLIARKen Loach levanta la distinción, en Cannes ayer

Ken Loach gana nuevamente Cannes con I, Daniel Blake

Su película cuenta la historia sobre la amistad que nace entre dos seres marginales en una ciudad del norte del Reino Unido. Al recibir el premio, el director denunció "la austeridad peligrosa que llevará a nuestro mundo a una catástrofe".

Detalles.

Había prometido no volver al festival de Cannes, pero no cumplió su palabra. Ken Loach, el cineasta británico regresó este año como uno de los viejos conocidos de la croisete con I, Daniel Blake, Yo, Daniel blake, y se llevó su segunda Palma de Oro después de la que en el 2007 obtuvo por El viento que mece la cebada.

I, Daniel Blake cuenta la historia de un carpintero de 59 años que tras una crisis cardíaca se ve obligado a pedir un subsidio de inavalidez pero el sistema no se lo pone nada fácil. En las oficinas de la seguridad social conoce a una madre soltera, sin trabajo, que ni siquiera tiene dinero para comer o comprarle un par de zapatos nuevos a su hija. Ambos seres marginales inician una amistad que conmueve hasta las lágrimas al final, y eso aunque conozcamos hace tiempo el pensamiento anticapitalista que subyace a los filmes de Loach: "el mundo en el que vivimos hoy se encuentra en una situacion peligrosa, estamos al borde de un proyecto de austeridad, conducido por ideas neoliberales, que nos llevará a una catástrofe. Estas prácticas neoliberales han llevado a la miserias a miles de personas, desde España a Grecia, con una pequeña minoría que se enriquece de manera vergonzosa. Una de las tradiciones del cine es la protesta, que permite enfrentar al pueblo contra los poderosos, yo espero que esa tradicion se mantenga", proclamó el cineasta al recibir el premio.

Pedro Almodóvar y su Julieta, entonces, no se llevaron la Palma, pero otro español, el catalán Juanjo Giménez se llevó el galardón por el mejor cortometraje, por Timecode que en palabras del director es una historia de secretos y descubrimientos protagonizada por dos vigilantes de un estacionamiento de autos, uno de los cuales trabaja de noche y otro de dia.

Pero sin duda el gran ganador de la jornada fue el director iraní Asghar Farhadi, que fue premiado por el mejor guión por El vendededor, un drama doméstico y social sobre la clase media de Teherán. Además, su actor, Shahab Hosseini, se llevó el premio a la mejor interpretación masculina. Como mejor actriz el premio fue para la filipina Jaclyn Jose por Ma' rosa de Brillante Mendoza, mientras que como mejor director fueron premiados el francés Olivier Assayas, cuyo filme Personal Shopper fue pifiado por la critica y el rumano Cristian Mungiu, que en el 2007 ya ganó Cannes con Cuatro meses, tres semanas y dos días.

El palmarés de Cannes entregó más reconocimientos: el premio del jurado, a una pelicula que conmovió especialmente a los jueves, fue para la británica Andrea Arnold y su American Honey, su primer filme estadounidense, un road movie musical sobre una juventud desorientada y sin oportunidades en EEUU. Otro premio de consuelo, el Gran premio, que se entrega a un filme considerado revolucionario, fue para Xavier Dolan, el niño terrible de Cannes, con Juste la fin du monde. La pelicula narra el drama familiar sobre un escritor homosexual que sabe que va a morir y decide anunciárselo a sus familiares,  y tiene un casting de actores franceses de lujo entre ellos Marion Cotillard, Vincent Cassel y Lea Seydoux.

La cámara de oro a la mejor ópera prima fue para la película francesa Divines, de la francomarroquí Houda Benyamina, una película que narra la cruda realidad suburbana parisina. Sin pelos en la lengua su directora dio un discurso tan largo y lleno de modismos y garabatos que debió ser interrumpido por el maestro de ceremonias Laurent Lafitte

De lado latinoamericano el Brasileño Joao Paulo Miranda, con quien conversamos en RFI, se llevó una mención especial en la categoría cortometrajes, quizás como un guiño a la situación que viven los artistas hoy en Brasil y ante la ausencia en el palmarés de Kleber Mendoza Filho, el director de Aquarius. Por su parte, Michael Labarca, novel director venezolano, se llevó el tercer lugar en la competencia de cortometrajes de escuelas de cine de la Cinéfondation con La culpa probablemenbte ambientada en un apagón de los que se han vuelto tan habituales en ese país.