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AMPLIAREl volcán Villarrica con su permanente fumarola

Registro detecta zonas vulnerables en Chile

Chile, el extenso territorio que cuenta con cerca de 3.000 volcanes, sufre cada cierto tiempo -y con mayor frecuencia- sacudidas telúricas, pues 90 de ellos están en riesgo eruptivo.

Detalles.

El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomín), a cargo del monitoreo y vigilancia volcánica, realizó un catastro identificando las zonas más vulnerables a procesos de erupción.

Los volcanes de la larga y angosta franja situada a los pies de la cordillera de los Andes, al este, y el Océano Pacífico, al oeste, se ubican entre los de mayor actividad en el mundo.

En primer lugar, el Villarrica, que con su permanente fumarola sobre los 2.847 metros de altura embellece a la turística zona lacustre del mismo nombre, ubicada 700 kilómetros al sur de Santiago. El estudio "Evaluación de riesgo volcánico en distritos chilenos: Aplicación de índice de vulnerabilidad social frente a desastres" arrojó 152 distritos censales (subdivisión comunal) expuestos a las áreas de peligro volcánico proximal, concentrándose los de mayor riesgo en el área centro sur de Chile.

De las 58 comunas con volcanes activos, aquellas con "muy alto riesgo" son: Panguipulli, Pucón, Villarrica, Curacautín, Puerto Montt, Melipeuco, Vilcún, Puerto Varas, Lago Ranco, Chaitén, Alto Biobío, Futrono, Colchane, Hualaihué, Puerto Octay y Curarrehue. El documento visibilizó que las áreas de peligro se encuentran localizadas en extensas zonas rurales con una baja densidad de población, pero preferentemente agrícola con una limitada capacidad de resiliencia. Previo a este estudio, el Sernageomín confeccionó un ranking de los 10 volcanes más activos del país y publicó "El ABC de los volcanes" para mejorar la línea de base del conocimiento ciudadano sobre estos macizos andinos. "Cada vez más, la gente tiene menos miedo y más información, y se está acostumbrando a recibir información crítica", señaló a ANSA el director del organismo estatal, Rodrigo Alvarez.

No obstante, advirtió que más disponibilidad de información, no significa mayor toma de conciencia, la cual "tiende a ser más lenta, pues implica cambios conductuales". Para la autoridad, "falta que el país avance en la elaboración del Plan de Emergencia Volcánica, que es tarea de la municipalidad, con ayuda de la Gobernación y la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior, e información volcanológica del Sernageomín".

Alvarez es crítico con los medios de comunicación de la forma en que se entrega la información. Mencionó que el año pasado, cuando el Sernageomin dio la alerta Amarilla en el volcán Villarrica, muchas personas cuestionaron la decisión, porque no había actividad superficial evidente. Dos semanas después comenzaron las explosiones y luego la erupción principal, un mes después de la alerta Amarilla. En el caso del Complejo Volcánico Nevados de Chillán (400 kilómetros al sur de Santiago donde se ubican las Termas de Chillán) "sucedió algo similar el 31 de diciembre de 2015". "Muchas críticas porque no se veía actividad en superficie.

Después, cuando comienzan las erupciones, se impone el silencio.

Lo importante entonces es asumir que la vigilancia volcánica tiene un símil con la expresión literaria de que "lo esencial es invisible a los ojos", explicó. Aseveró que "el 99 por ciento de la actividad volcánica es imperceptible a los sentidos humanos".

Para Alvarez, hoy existe un avance tecnológico -que no había en la erupción del Chaitén de 2008- con el fin de que la población tenga una conciencia territorial. "Me refiero especialmente a asumir que los desastres no son naturales, sino consecuencia de decisiones y omisiones humanas.

Ya se sabe dónde están los peligros geológicos. Si se instala una población en un cauce histórico de lahares, aluviones, desbordes, etcétera, eso no es un desastre natural", completó.