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AMPLIARChile se topó con el fenómeno de miles de salmones muertos.

El Niño aviva la marea roja: colapso en la fauna marítima del Pacífico Sur

El Niño, esa perturbación ecuatorial que aumenta la temperatura del mar, parece ser el gran responsable, aunque no el único, de la inusual expansión de la denominada marea roja.

Detalles.

La intoxicación de moluscos y peces en las aguas australes ha provocado estragos en el archipiélago de Chiloé, 1.100 kilómetros al sur de Santiago.

La Sociedad Chilena de Ciencias del Mar (Schcm) entregó los sustentos científicos para entender la presencia de floraciones algales nocivas, de marea café y la mortalidad de salmones, y la varazón de machas en la playa de Cucao, en la turística región de Los Lagos, hoy paralizada por la contaminación del mar.

Sostienen que durante el último año se ha manifestado un Fenómeno de El Niño de escala global, muy intenso y con características únicas. Las aguas frente a las costas de Chiloé han experimentado un aumento de temperatura superficial del mar de dos a cuatro grados por sobre un año normal. El mar interior de Chiloé, que recibe un importante influjo de agua dulce desde los ríos y glaciares y por efecto de la lluvia, ha visto disminuido este influjo anual lo que ha provocado un aumento de la salinidad.

Conjuntamente se ha presentado un sistema anticiclónico fortalecido y desplazado hacia el sur, especialmente durante el verano, por lo que se incrementó la sequía" al norte de Chiloé. "Con estos antecedentes podemos configurar, sin ningún lugar a dudas, que desde diciembre de 2015 a la fecha se han presentado en la costa desde Valdivia hasta el sur de la isla de Chiloé eventos inusuales de surgencia, arrastrando aguas con alto contenido de nutrientes, lo que sumado a la alta radiación solar y vientos moderados, produjo florecimientos algales de proporciones no observadas en la región anteriormente". Estas aguas -prosigue- penetraron hacia Chiloé interior fertilizando aún más las aguas interiores, que además de la carga natural de nutrientes (arrastre de ríos, cenizas volcánicas) recibe desechos domésticos, de la agricultura y acuicultura. Pero la comunidad científica advierte: "La situación oceanográfica registrada en el Pacífico Sur-Austral no es un hecho aislado y responde a un Fenómeno de El Niño con repercusiones a una gran escala geográfica, que ha impactado no solo la costa de Chiloé sino también entre California y Alaska, en el hemisferio norte, con las mareas rojas más fuertes observadas en los últimos 20 años y varazones masivas".

Frente a las denuncias de que las salmoneras agudizaron la crisis en Chiloé, los expertos explicaron que "la mortalidad de salmónidos ocurrida entre febrero y marzo de este año, fue producto de la proliferación de la microalga Pseudochattonella cf. verruculosa provocada por las inusuales alzas en la temperatura del agua generando la marea café. Detallaron que esta alga produce mortalidad de los peces en cautiverio, al fijarse en sus agallas afectando la respiración.

El evento sucedió en un lapso en que las temperaturas de las aguas superficiales (primeros 5 metros) durante enero y febrero fueron entre 2 y 4 grados más altos en comparación con registros para los mismos meses de 2015.

Las salmoneras alertaron en la tercera semana de febrero al Servicio Nacional de Pesca de la mortalidad de los peces en el mar interior en la zona de Puerto Montt causada por la marea café. Por la masividad de salmones muertos, la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante, sobre la base de Resoluciones del Sernapesca, otorgó el permiso para el vertimiento de emergencia de mortalidad de los salmónidos "a 75 millas náuticas al oeste del Faro Corona".

Esto es -precisan- al extremo norte de la Isla de Chiloé por la costa Pacífica, con una profundidad de más de 3.000 metros. "El volumen de peces vertidos como desecho en marzo, que parece enorme para las dimensiones humanas, es insignificante comparados a los volúmenes de agua del océano y la capacidad de reducción del agua de mar", afirman

Aseguraron que el vertimiento estuvo fiscalizado por un veedor en cada una de las embarcaciones, además de ser seguidas mediante rastreadores satelitales a lo largo de todo el proceso, desde su zarpe hasta su recalada".