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Emotivo homenaje en el último adiós a Mario Marigliano

En el patio del Rectorado y a los pies del monumento al fundador de la UNT, se llevó a cabo una ceremonia que contó con la presencia de la familia de quien fuera rector en dos períodos.

Ayer,  a los pies del monumento a Juan B. Terán, se llevó a cabo una ceremonia de cuerpo presente a quien fue rector de la Universidad Nacional de Tucumán durante dos períodos consecutivos (1998-2002 y 2002-2006), el contador público nacional Mario Alberto Marigliano.

Ante la presencia de la familia de Marigliano y del vicerrector a cargo del Rectorado, José García, se realizó un emotivo homenaje al también ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas.

La ceremonia fue sencilla y tuvo como oradores al secretario de Políticas y Comunicación Institucional, José Hugo Saab y Clotilde Yapur, quien fue secretaria académica durante el primer rectorado de Marigliano.

"Estábamos pasando momentos difíciles en 2001 y era profesor de Agronomía. Pedimos la colaboración de la Universidad y nos inculcó a que trabajemos y siguiéramos investigando. Fue una persona que hizo mucho para el engrandecimiento de la UNT y Marigliano nos ha dejado muchas cosas para seguir haciéndo grande a nuestra Universidad", reflexionó García.

Un compungido José Hugo Saab dirigió unas palabras a los presentes y aseguró que se trata de una gran pérdida para los universitarios y para la sociedad en general. "Mario fue quien, además de consolidar a la Universidad académicamente con la creación de nuevas facultades y carreras en el interior de la provincia, también generó todos los programas sociales con los que hoy la UNT cuenta", recordó.

"Como persona, como rector, como amigo, va a ser muy doloroso saber que ya no nos acompaña en cuerpo presente; pero ha dejado su legado. Lo que mejor podemos hacer quienes trabajamos con él es cumplir con lo que quería para la Universidad. Trabajar codo a codo con las otras instituciones fue su lema y Mario lo hizo realidad durante sus gestiones", subrayó.

"En el año 2015 colocamos, en la Galería de Rectores que está en la sala del Consejo Superior, el cuadro de quien -para mí- fue el mejor rector. Después de un reto venía un abrazo cariñoso, un abrazo fraterno, y nos motivaba para seguir trabajando. Sabía confiar en su equipo y trabajar en equipo. No nos permitiría no seguir con su legado, porque era una persona que siempre se preocupaba por la situación de la Universidad", concluyó Saab.