AMPLIAREl mejor

08/06/2015 - España

El mejor restaurante del mundo

Ubicado en Taialà, un barrio en las afueras de Girona (España) es para muchos el mejor restaurante del mundo desde hace varios años.

Pero El Celler de Can Roca, fundado en 1986 y especializado en comida tradicional catalana, recuperó esta semana el título "oficial" de "mejor restaurante del mundo", tras destronar al danés "Noma" en la clasificación "50 Best" de la revista británica Restaurant.

El restaurante de los hermanos Joan (cocinero), Josep (sommelier) y Jordi Roca (pastelero), ya había obtenido el título en 2013. El año pasado Jordi había sido elegido mejor repostero del mundo.

"Lo que importa es que el cliente salga contento y tenga ganas de volver, independientemente de si el restaurante es el número uno o el número dos, el tres o el cincuenta, o tengamos tres estrellas o dos", aseguró Joan luego de que en noviembre de 2009 el restaurante recibiera la tercera estrella de la guía Michelin.

Desde que en 1986 Joan creó el primer plato de El Celler, una merluza con vinagreta de ajo y romero, fruto del contacto con la cocina vasca, ha corrido mucha agua bajo el puente.

El lugar fue obteniendo estrellas Michelin (la primera en 1995) que lo fueron posicionando entre los mejores del plantea. Hasta que llegó a la cumbre.

Otro de los platos clásicos del restaurante es el carpacccio de manitas de cerdo con aceite de boletus, el primero con el que Joan dijo sentirse plenamente contento.

En 2001 se incorpora humo en moléculas grasas y en "Viaje a La Habana", el primero de los grandes platos de cocina dulce de Jordi, se consigue retener en la boca el sabor del humo de un puro habano. Ese mismo año incorporan la bergamota a la cocina, que se convierte en el punto de partida de los postres de perfumes.

La primera "Adaptación del perfume Eternity de Calvin Klein" abre una serie de platos que parten de un concepto inédito hasta este momento en la cocina: captar el alma volátil de un perfume, descifrando la fórmula y adapatándola a una realidad comestible, según explica el mismo restaurante.

En 2007 el restaurante se trasladó desde su ubicación inicial, al lado de Can Roca, a la antigua Torre de Can Roca. Así se pasó de un establecimiento de 170 metros cuadrados a otro cuatro veces mayor y confortable para todos: 200 metros cuadrados de cocina, 200 de bodega, 200 de comedor y 60 de recepción, y un jardín acogedor.