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AMPLIARJuan Barros y Karadima de la iglesia chilena

Obispo niega haber sabido de abusos del párroco Karadima

El obispo electo de Osorno, sur de Chile, Juan Barros, negó haber sabido de los abusos sexuales cometidos por el ex párroco Fernando Karadima, pese a las denuncias que lo sindican de cómplice en los hechos que llevaron a una condena de por vida de oración y penitencia al sacerdote formador de cinco obispos actuales, incluido Barros.

El obispo electo salió al paso de la polémica y de las manifestaciones en contra de su nombramiento, como la carta suscrita por 51 diputados y hoy las declaraciones del Provincial de la Congregación de los Sagrados Corazón, Alex Villegas, por haberse elegido a una persona tan cercana a Karadima.

"Jamás tuve conocimiento de alguna denuncia respecto del sacerdote Karadima siendo secretario del cardenal Juan Francisco Fresno, y jamás tuve conocimiento ni imaginé nunca de aquellos graves abusos que este sacerdote cometía con sus víctimas", dijo.

El prelado no mencionó la férrea defensa que encabezó hace cinco años del castigado cura e incluso las misas que ofició por él en la Parroquia El Bosque, ubicada en uno de los sectores más acomodados de la comuna de Providencia.

"No he aprobado ni participado en esos hechos gravemente deshonestos", insistió al aludir a los abusos, y declaró por primera vez que "me duele profundamente el hondo dolor que por largos años les sigue afectando a las víctimas". Barros aseveró que siempre ha sido de la línea condenatoria, "pero por las limitaciones que como toda persona yo tengo, si no he sabido o no he podido expresar bien mi posición ante estos hechos tan penosos y complejos, pido humildemente que me disculpen".

En la carta dirigida a los fieles de Osorno (900 kilómetros al sur de Santiago), contó que en febrero se reunió con el Papa Francisco, "quien me animó para asumir este nuevo encargo pastoral con humildad y generosidad, sirviendo en nombre de Jesucristo al pueblo de Dios en Osorno, especialmente a los más pobres".

El Superior Provincial de los Sagrados Corazones escribió hoy, en cambio, que el nombramiento de Barros "nos dejó perplejos", dijo que "no se ha tomado suficientemente en cuenta" su cercanía con Karadima; "y, por tanto, su nombramiento no está en sintonía con la tolerancia cero que está queriendo instalar la Iglesia". Sostuvo además que el nombramiento "parece haber sido una decisión llevada adelante en solitario por el Nuncio Apostólico, sin el respaldo de la mayoría de los obispos de Chile".

"Nos cuesta creer que el Papa Francisco confirmase este nombramiento si hubiese tenido todos los antecedentes sobre la mesa" y, por eso, concluyó que "un potente signo de comunión eclesial sería que el obispo renunciase". Advirtió que las consecuencias de la llegada de Barros a Osorno "pueden ser gravísimas, para él mismo y para la Iglesia".