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AMPLIARGerd Sewald, hace una semana en Santiago

Colonia Dignidad, muerte de colono revive horrores

"Horror de horrores", así reaccionó la médica obstetra Margarita Romero al conocer el deceso de Gerd Sewald, el jerarca alemán que construyó las más de 40.000 fichas de Colonia Dignidad que detallan todo lo ocurrido en el misterioso enclave alemán del sur de Chile.

A fines de marzo pasado, 40 mil fichas encontradas al interior del recinto fueron liberadas por el juez Jorge Zepeda -quien tiene a su cargo las investigaciones de violaciones a los derechos cometidas en la ex Colonia- luego de haberlas mantenido bajo secreto por más de nueve años. 

"Si Zepeda hubiese interrogado a Seewald habríamos tenido mucho más información y sabríamos dónde está el resto de los archivos, podría haber entregado las claves para descifrar los códigos de inteligencia, pero Zepeda no fue capaz siquiera de intercambiar la información con otros jueces que llevaban causas de derechos humanos", declaró Romero en entrevista con ANSA.

La profesional contó que nunca vio a Seewald, "no lo conozco porque ellos eran muy reacios a mostrarse", pero su conocimiento de Colonia Dignidad proviene de muy cerca: Su hermana es una sobreviviente de Colonia Dignidad que tras pasar por ese lugar fue llevada a Villa Grimaldi, el mayor centro de tortura y detención de la dictadura.

Para Margarita Romero es "muy importante investigar a Colonia Dignidad y su vinculación con la DINA (ex policía secreta) y las fuerzas armadas chilenas porque en dicho lugar hubo fabricación de armas, de drogas y de venenos que se inocularon a opositores". Seewald, brazo derecho de Paul Schaeffer (líder de Colonia Dignidad) cumplía condena de cinco años de presidio como cómplice de abusos sexuales contra menores, y su deceso a los 93 años se produjo este lunes, a una semana de que un programa de televisión revelara el contenido de algunas de las fichas de Colonia Dignidad.

Schaeffer ordenó hacer fichas de amigos y enemigos del enclave alemán, como lo mostró el programa "En la mira" de Chilevisión, quien entregó copias de las fichas a organismos de derechos humanos y de memoria. Para la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, que encabeza Margarita Romero, el capítulo titulado "Las fichas del horror" deja "más que claro que el Estado de Chile y el Poder Judicial no han hecho lo suficiente para esclarecer los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura en colaboración con los jerarcas alemanes en dicho ex centro de secuestro, tortura y exterminio".

Por eso pidió al Poder Judicial que provea los recursos y mecanismos necesarios para entrevistar a los testigos que participaron en el programa televisivo, realice las diligencias pertinentes para la recopilación de evidencia como la mostrada por Chilevisión.

Y, sobre todo, "se apresure a realizar excavaciones para sacar a la luz los archivos que aún permanecen enterrados, antes de que factores naturales signifiquen su total destrucción, sin dejar de lado la posibilidad de que aún haya cuerpos en fosas clandestinas al interior del predio, o bien, restos de ellos".

Además, exigen que "el contenido de las fichas se debe dar a conocer con celeridad a la sociedad, que tiene derecho a esa información!".

Insistieron que la liberación del "archivo del horror" no sólo debe ser el formato digital, sino físico. Es decir, explicitaron, "todos los documentos originales y el material audiovisual y fotográfico existente, así como las bases de datos y los informes elaborados por la Policía Civil, indispensables para una mejor búsqueda, comprensión y análisis de la información contenida en las fichas".

Colonia Dignidad, que manejó en forma férrea el ex cabo de las SS hitlerianas Paul Schaefer, vivió durante tres décadas al margen de las leyes chilenas, concentrando un inimaginable poder en las más de 16 mil hectáreas enclavadas en Parral, a 340 kilómetros al sur de Santiago, sin que la sociedad chilena pudiera imaginar los horrores que allí se vivieron, incluso para los propios colonos que dominaba Schaeffer.

Organismos de derechos humanos denunciaron que el enclave había sido centro de detención tortura y desaparición, pero hasta ahora nunca se pudo comprobar y aún así toda la verdad no logra salir a la luz porque sigue contando con una red de protección en los más altos niveles del poder judicial, militar y de comunicaciones.