La presidenta brasileña Dilma Rousseff declaró ayer en Vitoria, capital de Espírito Santo, que Brasil necesita entrar en la fase de la "economía del conocimiento" para mejorar la distribución del ingreso y promover la reducción de la desigualdad. El anuncio se hizo durante la graduación de los estudiantes del Programa Nacional de Acceso a la Educación Técnica y Empleo (Pronatec).
"Tenemos que entrar en una nueva fase, en la que podamos aplicar tecnología y contar con técnicos de calidad y una capacidad de trabajo más sofisticada", dijo.
El programa, creado en 2011 por el gobierno federal, tiene por objetivo ampliar la oferta de cursos de educación profesional y tecnológica en Brasil. En su fase actual, el programa planea ofrecer 8 millones de matrículas hasta el final de 2014. El pasado mes se anunció el arranque de la segunda fase del programa, que ofrecerá 12 millones de vacantes a partir de 2015.
"Tenemos que entrar en una nueva fase, en la que podamos aplicar tecnología y contar con técnicos de calidad y una capacidad de trabajo más sofisticada", dijo la jefa de Estado. Defendió aún el incremento en el número de brasileños que estudian en cursos técnicos y de graduación en el exterior con la ayuda del Gobierno. Al hablar sobre los fondos para la educación, Rousseff predijo que el petróleo brasileño de la capa presal generará unos US$ 450 000 millones en recursos para el sector en 35 años.
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