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AMPLIARUn oleo del ex presidente chileno

Comparan al gobierno de Frei con el de Bachelet

Académicos y ex ministros analizaron el primer gobierno de la Democracia Cristiana en Chile (1964-1970), a tres meses de cumplirse 50 años de la victoria aplastante del carismático líder Eduardo Frei Montalva, el primer católico en asumir el poder en este país.

Con la notoria ausencia de la actual directiva DC y de sus parlamentarios, en el encuentro el sociólogo Tomás Moulián analizó el contexto de la elección presidencial de 1964 y las características de la DC como partido de centro dentro de la efervescencia política de esos años, una izquierda en ascenso y una derecha en declive.

Javier Couso se refirió al pensamiento político de Frei Montalva como un socialcristiano que había sido parte de la Acción Católica y le escribía al entonces secretario de estado vaticano Giovanni Montini, más tarde Paulo VI.

Fernando Atria, impulsor de la actual asamblea constituyente para cambiar la Constitución de 1980 heredada de la dictadura (1973-1990), no pudo evitar la comparación con el actual ciclo político que inaugura hoy Michelle Bachelet al decir que ambos impulsan cambios profundos "pero sin ruptura institucional".

El programa económico y su implementación estuvo a cargo del ex ministro de Hacienda de esa época, Sergio Molina, quien anotó que el Presidente no dudó en invitarlo a participar de su gobierno, pese a que había sido funcionario de la anterior administración de derecha de Jorge Alessandri (1958-1964).

Entre los asistentes, el ex presidente del Banco Central, Carlos Massad, relató cómo introdujeron cambios en la política monetaria y cómo Chile innovó en la política cambiaria, hasta entonces de régimen fijo teniendo que convencer hasta al Fondo Monetario Internacional.

Frei fue elegido el 4 de septiembre de 1964 con el 56,09 por ciento de los votos (1.409.012), seguido por Salvador Allende, con 38,93 (977.902) y el radical de derecha Julio Durán 4,98 (125.233). Sin embargo, en el Parlamento tenía apenas un senador porque él había asumido la presidencia y Radomorio Tomic se fue de embajador a Estados Unidos. Sólo contaba con una decena de diputados, en un partido que sólo se había sido fundado en 1958.

Por eso, en las parlamentarias de marzo de 1965, no dudó en recorrer el país, y acusar a la oposición de bloquear los cambios, logrando una aplastante victoria en el Congreso Frei, se recordó en el seminario, tenía un ambicioso programa que consideraba transformaciones profundas, como la educación que duplicó su cobertura en sólo un año; salud, duplicando la capacidad hospitalaria; la nacionalización del cobre, el principal recurso natural de Chile en manos estadounidenses hasta esa época; vivienda para lo que creó el ministerio del ramo. Y la más impactante, la reforma agraria que terminó con el régimen feudal del inquilinaje, la semi esclavitud en que vivía el campesinado, trabajando de sol a sol, vistiendo harapos y ojotas, y con pagos no monetarios.

Frei padre, recordó su hija y ex senadora Carmen Frei, tenía un objetivo: darle dignidad al campesinado y para ello no sólo le dio tierra sino que además creó los organismos para que lo ayudaran.

Pero además, se destacó la implementación de la política de control de natalidad por parte de un católico que vio primero las cifras de muerte por aborto de la época y materno-infantil. Para llevarla a cabo inyectó recursos a la Universidad de Chile y en dos años formó matronas que llevaron a cabo esta revolucionaria política que, en tres años, redujo las muertes de mujeres, acostumbradas a parir de 10 a 14 hijos, y niños que no alcanzaban a llegar a los dos años de vida.

Fueron seis años efervescentes y aunque la actual ministra de la Presidencia, Ximena Rincón (DC), dijo que pareciera que el Chile de hace 50 años nada tienen en común con hoy, mencionó la celeridad con que trabajó Frei: "en tres meses había ingresado 18 proyectos al Parlamento. La actual Presidenta Bachelet lleva 16". El ex presidente Eduardo Frei Ruíz Tagle, hijo del extinto mandatario, al hacer una síntesis de su legado, relevó la capacidad de su padre para interpretar y escuchar las necesidades de la gente y la importancia de la participación ciudadana "porque sin ellos no se pueden realizar los cambios".

"La integridad, porque más allá de sus logros, tenía la convicción de que había un deber moral por buscar el bien común del país", completó. Hace tres años, un juez constató que Frei Montalva murió en enero de 1982 por intervención de terceros, mientras se reponía de una intervención quirúrgica, cuando se había convertido en el principal líder opositor a la dictadura.