Totalmente reconstruido, el nuevo Estadio Nacional de Brasilia sigue los patrones de una de las ciudades arquitectónicamente más modernas del país, diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer. Ostenta una nueva fachada, con un techo de estructura metálica, nuevas gradas y un césped rebajado para permitir una visión completa del juego. Con un proyecto de edificación ecológico, centrado en la ausencia de emisiones de carbono, el reciclaje y el acceso total por medio del transporte público, consolida el nombre de la capital como referencia mundial en planificación sustentable.
Inaugurado en mayo de 2013, cuenta con una capacidad para más de 72 mil espectadores.
Se divide en cuatro sectores distribuidos en ocho pisos, con 19 portones y 158 molinetes en los puntos de entrada. La circulación también puede hacerse ser hecha por las 50 rampas, cuatro escaleras mecánicas, 60 escaleras y 20 ascensores.
La inversión total fue del orden de los 1.015 millones de reales. El estadio fue construido siguiendo el concepto arquitectónico de Oscar Niemeyer, planificador de Brasilia, y cuenta con una fachada compuesta por 288 pilares, de 36 metros de altura, dispuestos alrededor del edificio, formando el espacio de convivencia y de acceso al público. Y, al mismo tiempo, también es un homenaje a Manoel Francisco dos Santos, Mané Garrincha, considerado uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos.
El espacio fue proyectado para recibir no solamente partidos de fútbol, sino una serie de otros eventos, como shows, espectáculos, conferencias y reuniones. Con una estructura que cuenta con 74 palcos, 276 baños, 40 bares, dos restaurantes y 14 barcitos, la arena adopta el concepto multiuso y tiene por objetivo tornarse una opción más de entretenimiento y visitación de turistas y habitantes de Brasilia.
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