Andrea Schellemberg es la directora del documental "Santa Lucía", que este jueves se estrena comercialmente y que trae a la memoria la ocupación de un pueblo tucumano por el Ejército durante el tristemente conocido Operativo Independencia, en el interregno entre los finales del gobierno de Isabel Perón y el comienzo de la dictadura.
El terrorismo de Estado en Tucumán fue tema de otros documentales, como “Santa Lucía, arqueología de la violencia”, de Diego Arroz, y, más lejano en el tiempo, “El rigor del destino”, de Gerardo Vallejo.
Lucía Aguilar, protagonista de este filme, es una profesora de historia hija de
exobreros del ingenio del pueblo y la búsqueda de su tío desaparecido le
permitió averiguar qué ocurrió con la mayoría de los desaparecidos de Santa
Lucía, quienes eran cañeros, jornaleros y exempleados de fábrica.
“Eso tiene mucho peso para mí. Creo que si no hubiese conocido a Lucía hubiera
sido muy difícil contar esta historia, dirigir este documental", cuenta
Schellemberg en diálogo con Télam.
La realizadora es autora de los mediometrajes “Cuatro días en Berlín”, sobre la
caída del Muro, e “Infancia en la Argentina”; el corto “El ángel de los
pobres”, acerca de Eva Perón y realizado para la TV alemana, y “La prueba
genética”, previo a “Santa Lucía”, que se exhibió en los festivales de Mar del
Plata y La Habana, y se proyectó en Roma, París, Montevideo.
-¿Cómo nació la idea del filme?
-En 1992, mientras hacía la producción de un filme para la televisión alemana,
tomé contacto con los militares retirados que integraban el Cemida (Centro de
Militares para la Democracia Argentina), hombres profundamente antigolpistas
que manifestaron su pensamiento durante la dictadura. Ellos me dijeron que
conocían a un coronel que había sido segundo jefe de un grupo de tareas durante
1976 en el monte tucumano y que se había negado a torturar y asesinar en el
Operativo Independencia.
-¿Y cómo llegaste a ese pueblo?
-Después de este primer paso conocí a Jorge Mittelbach a quien entrevisté para
ese documental. Y en 2009 su relato me llevó a Santa Lucía, un lugar que se
formó alrededor una única fuente de trabajo y cuya identidad está atravesada
por el cierre del ingenio durante la dictadura militar de Juan Carlos Onganía y
luego por la ocupación militar durante el gobierno de María Estela Martínez de
Perón hasta la llegada de la democracia. Al año siguiente estábamos rodando.
-¿Cómo afectaron los sucesos que tuvieron que ver con la represión en la forma
de vida de los tucumanos no urbanos?
-La diferencia es que allí los grupos de tareas actuaban a plena luz del día,
frente a los ojos de todos. Por ejemplo, a las 12 del mediodía se producía un
fusilamiento cuando los chicos salían de la escuela.
Fue un lugar ocupado militarmente, que funcionaba con el sistema de toque de
queda, por ejemplo, si alguien debía ir al hospital de San Miguel por una
cuestión de salud, antes debía tener el permiso de la base militar para
trasladarse.
-¿Qué es lo que se propuso al elegir este tema?
-La dificultad de la puesta en palabras de hechos muy dolorosos. Eso es un paso
muy importante, porque lentamente comienza a desactivarse un mecanismo de
silencios que tiene dos caras: por un lado el que guardan las víctimas y sus
familiares del Terrorismo de Estado y, por otro, el silencio de los procesados
y condenados por delitos de lesa humanidad, que aún no dijeron dónde están los
cuerpos de sus víctimas.
-¿Cuál es la meta?
-A medida que todos los relatos puedan confluir en un proceso judicial
estaremos más cerca de que el horror vivido durante la década del 70 pertenezca
al pasado.
-¿Cómo fue el rodaje en el lugar?
-El rodaje es parte de un proceso, una construcción, a medida que nos fuimos
quedando en el pueblo la gente fue confiando y contando sus vivencias, a veces
sin que preguntásemos. Algunos pobladores tenían una necesidad muy grande de
decir lo no dicho. Un relato que aún parece estar vivo. Otros, en cambio,
guardan silencio porque aún subsiste el miedo.
-¿En qué medida la naturaleza del lugar influye en la vida de sus habitantes y
en consecuencia en la estética buscada?
-El relato, las imágenes cuidadas responden al ritmo interno con los que se
relacionan los pobladores. Existe una construcción de su subjetividad aferrada
en torno a la fuente de trabajo; luego la fábrica de azúcar cierra y frente a
la protesta gremial responden con matanzas.
Luego la adhesión a la militancia del PRT, la ocupación militar y más matanza.
Entonces la belleza del lugar está atravesada por la sombra oscura de la
historia social. Así vive Lucía, que nació cuando el pueblo estaba ocupado por
los soldados del Operativo Independencia.
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