El gobierno brasileño confiará a un "triunvirato" la responsabilidad de la seguridad del Mundial 2014, a jugarse del 12 de junio al 13 de julio, para evitar disputas entre la policía de estados y la federal y las fuerzas armadas.
El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff optó por el método del triple comando porque "a ninguna de las tres fuerzas le gusta recibir órdenes de las otras", escribió ayer el sitio web G1.
La constitución brasileña establece que la seguridad pública es de competencia de la policía estadual y de la federal.
Sin embargo, según una ley de 1999, cuando los militares se vieron involucrados en operaciones de seguridad pública por un período limitado, el comando de las operaciones responde al oficial militar de rango más elevado.
Según el plan de Rousseff, durante el Mundial la responsabilidad de la seguridad estará dividida entre tres figuras en cada una de las doce ciudades que albergarán la cita.
Ellas serán el titular de la seguridad del respectivo estado, un general elegido por el ministerio de Defensa y un funcionario de la policía federal. Los tres formarán el Comité Ejecutivo de Seguridad Integrada Regional (CESIR). El organismo responderá a un comité formado por ministros de Defensa, de Justicia y de la Casa Civil.
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