El Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) canceló la alerta de tsunami para las costas chilenas a las 9.48 GMT, diez horas después de ocurrido el terremoto de 8,2 grados Richter que azotó la noche del lunes a las regiones del extremo norte, limítrofe con Perú y Bolivia, a 1.800 kilómetros de Santiago.
El ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, en su último reporte, señaló que las personas que fueron evacuadas "ya pueden volver a sus hogares" pero igualmente pidió precaución a los pescadores y a la ciudadanía, en general, de las zonas afectadas.
El ministro informó además que aumentó a seis el número de
víctimas fatales como consecuencia de la catástrofe.
El SHOA señaló que en Arica, Pisagua, Iquique, Patache,
Tocopilla y Mejillones "el nivel medio del mar puede sufrir
variaciones y las personas que se encuentran en actividades del
mar como sus embarcaciones podrían verse afectadas por las
corrientes".
El gerente de aeropuerto de la compañía aérea Lan, Nicolás
Rodríguez, informó que 4.500 pasajeros se vieron perjudicados
por la cancelación de 23 vuelos en la zona norte, pero dijo que
los vuelos se retomarán hoy.
Millares de personas corrieron a los cerros a las 23.46 GMT
del lunes, cuando el fuerte sismo se hizo sentir en la zona
norte, que desde hace un mes se ha visto impactado por
movimientos telúricos que mantenían en alerta a la población.
Los sismólogos habían pronosticado un gran terremoto para
este territorio que se mantenía "en silencio" sísmico desde hace
130 años. Sin embargo, algunos descartan que este movimiento
corresponda a ese gran terremoto anunciado, pero dicen que
"sirve para la liberación de energía".
Las sirenas de alerta de tsunami se activaron de inmediato en
la región, salvo en Arica, donde pese al corte de luz la gente
corrió despavorida hacia los sectores altos de la ciudad
mientras se producían desprendimientos en el Morro.
El Shoa decretó alarma para los más de 4.000 kilómetros de
costa a lo largo del país, y el temor volvió a estremecer a los
habitantes de Concepción y Constitución -pese a los 2.800
kilómetros de distancia con el epicentro de la catástrofe- que
vivieron las más terribles consecuencias del terremoto y tsunami
del 27 de febrero de 2010 que dejó más de 250 muertos.
Según el último informe de la Oficina Nacional de Emergencia
(Onemi), casi un millón de personas fueron evacuadas tras el
terremoto.
La presidenta Michelle Bachelet, quien se desplaza a esta
hora hasta Iquique y permaneció durante toda la noche en el
palacio de La Moneda monitoreando la situación, decretó estado
de catástrofe en las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá.
Allí se constituyeron, respectivamente, el brigadier de Ejército
Miguel Alfonso Bellet y el general de Aviación Arturo Merino
Núñez, "para tomar el mando del orden público y evitar
situaciones de saqueo y de desorden, junto con colaborar con la
autoridad regional en las labores de ayuda que ya han
comenzado".
"El país ha podido enfrentar de buena manera estas primeras
horas de la emergencia", señaló Bachelet en la madrugada, al
tiempo que llamó a los habitantes de las zonas afectadas "a
mantener la calma, seguir las instrucciones de la autoridad y
hacer todo lo necesario para la seguridad de las personas y las
familias".
"Se han tomado las medidas necesarias para proteger sus vidas y los bienes, y el Gobierno va a seguir trabajando el tiempo que sea necesario para afrontar esta emergencia", añadió y lamentó la pérdida de vidas humanas. Por último, Carabineros informó que en el extremo norte chileno se encuentran suspendidas las rutas A-5 (Huara - Cuya), Ruta 11 (Arica - Visviri), Ruta A-16 (Alto Hospicio - Iquique) y Ruta A1 (Iquique - Antofagasta), Km 236, a raíz de la entrada del mar.
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