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AMPLIARLegumbres y hortalizas desechados por los chilenos

Reducción de legumbres en dieta chilena

Una drástica disminución de la ingesta de legumbres se ha producido en Chile en los últimos diez años, producto de un cambio en los hábitos de consumo y el acceso a proteínas más caras.

Detalles.

En promedio, en 2015 se consumieron 800 gramos de lentejas y 200 gramos de garbanzos al año por persona, en línea con la caída de la tasa media anual de 2,7 por ciento en la última década. Una explicación es el cambio de hábitos de consumo de la población, que ha sustituido la proteína vegetal por proteína animal, producto de un mayor ingreso per cápita en el país y el acceso de fuentes de proteína de mayor precio.

"Chile tiene una larga tradición de producción de legumbres -porotos, lentejas y garbanzos- que ha ido disminuyendo durante el último tiempo", afirmó el ministro de Agricultura, Carlos Furche.

La autoridad participó en la actividad que invita a aumentar la ingesta de este producto rico en hierro y fibra en el marco del Año Internacional de las Legumbres decretado por el Fondo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Furche resaltó que ese alimento económico para las familias del país posee un conjunto de virtudes tanto para la alimentación como para el medioambiente. "Son parte de un tipo de planta que fijan nitrógeno en el suelo que disminuye la huella de carbono; en un contexto de cambio climático es apropiado, oportuno potenciar nuestra producción de leguminosas y además tienen otra característica adicional y es que son esencialmente producción hecha por pequeños productores de la Agricultura Familiar Campesina", detalló.

La representante de FAO en Chile, Eve Crowley, sostuvo que "las legumbres son casi semillas milagrosas, en el sentido de que ayudan a la nutrición humana" a través de los diferentes beneficios que tienen. "Se puede a veces también alimentar a los animales, es bueno para el suelo, es bueno para reducir la huella de carbono, es bueno porque es asequible para poblaciones con poco ingreso, es bueno porque es producido por agricultores de pequeña escala", compartió. "Entonces -prosiguió- ayuda a reducir la pobreza, mejorar el medioambiente, reducir la obesidad. Hay tantos beneficios que lo vemos como una parte de nuestra estrategia para mejorar nuestros sistemas alimentarios. Por eso decimos semilla nutritiva para un futuro sostenible".

El poroto, la lenteja, los garbanzos y las arvejas han mostrado una disminución en su consumo en la última década. Llama la atención que todas estas leguminosas, con excepción de la arveja, han tenido su mayor descenso en el consumo en los últimos cinco años, informó la FAO.

De las propiedades de las legumbres se insistió en su contribución a la seguridad alimentaria en todos los niveles: se producen y se consumen en grandes cantidades en los países en desarrollo. Además, un gran valor nutricional como fuente fundamental de proteínas vegetales, aminoácidos y otros nutrientes esenciales. Por último, cero colesterol, alto contenido en hierro y zinc, bajo índice glicémico fuente de fibra.

Hace diez años, los cereales encabezaban la lista de consumo por familia, liderados por el pan, evidenciando un aumento en la ingesta de productos de origen animal y un consumo deficiente de lácteos, pescado y frutas y verduras. La Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos (2010-2011) mostró que por grupo alimentario, en cereales y leguminosas, los más consumidos fueron los cereales y pastas seguido del pan, las leguminosas frescas y papas y, por último, los cereales procesados.