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La Provincia subsidiará a la textil La Escalada para garantizar su continuidad productiva

El ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, visitó la Cooperativa Textil Escalada de Los Ralos y garantizó que el Estado la apoyará a través de un subsidio para que pueda sostener el lugar, pagar la luz y comprar materia primahasta tanto se reactive programa nacional Guardapolvos para Todos, a través del cual la cooperativa vende sus productos. Yedlin estimó que eso sucederá en agosto.

Yedlin recorrió las instalaciones de la fábrica junto al secretario de Grandes Comunas del Ministerio del Interior, César Dip; el secretario de Articulación Territorial y Desarrollo Local, Ramiro González Navarro; el comisionado rural de Los Ralos, Juan Brandán, y la coordinadora del Observatorio de la Mujer, Eva Fontdevila.

Respecto a la tarea de la cooperativa, el ministro de Desarrollo Social explicó que la textil confeccionaba guardapolvos en el marco del programa nacional Guardapolvos para Todos que estos momentos el programa está discontinuado. Yedlin comentó que, sin embargo, “hay expectativas de que se retome en agosto y así la gente podría recibir el dinero en diciembre. Mientras tanto, brindaremos ayuda para que puedan seguir trabajando”. En el mismo sentido, indicó que desde su cartera se propondrá que otras áreas del gobierno compren la indumentaria de trabajo a la Textil Escalada.

Isabel Salvatierra, una de las cooperativistas explicó que hoy la textil se sustenta con la venta a comercios de corte y confección de camperas, buzos, remeras y ambos. Por su parte, Laura Carrizo se refirió a la importancia del apoyo gubernamental para la cooperativa: “Somos 50 familias que trabajamos 4 horas diarias; no queremos que se cierre nuestra cooperativa y por eso pedimos ayuda”.

    La Textil Escalada

    Es una fábrica ubicada en la comuna rural de Los Ralos, a 22 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Fue reabierta en el año 2008 a través de un convenio con el Gobierno Nacional para confeccionar los guardapolvos que usarían los chicos de las escuelas públicas del país. Más tarde empezaron a confeccionar sábanas para hospitales y ropa de fajina. Su funcionamiento le devolvió el dinamismo a un pueblo que sufrió la inmigración de sus habitantes con el cierre de los ingenios azucareros en 1960.