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25/05/2015 - Tedeum

Zecca pidió votar con lucidez, valentía y generosidad

Como es tradición, el arzobispo de Tucumán encabezó ayer el Te Deum del 25 de Mayo en la Catedral de la capital provincial. Con la presencia del gobernador, José Alperovich, su esposa, la senadora Beatriz Rojkés, el vicegobernador Juan Manzur y otras autoridades provinciale

Como es tradición, el arzobispo de Tucumán encabezó ayer el Te Deum del 25 de Mayo en la Catedral de la capital provincial. Con la presencia del gobernador, José Alperovich, su esposa, la senadora Beatriz Rojkés, el vicegobernador Juan Manzur y otras autoridades provinciales, la ceremonia religiosa se desarrolló luego del izamiento de la bandera en la plaza Independencia y del chocolate en la Casa de Gobierno. 

“Es para mí motivo de gran alegría estar hoy aquí con todos ustedes para dar gracias a Dios por un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo”, inició  la homilía del obispo Alfredo Zecca: 

“La dinámica de la historia nos ha llevado – fieles a nuestra primitiva identidad – a ser un pueblo acogedor, integrador. En nuestra historia patria, con el devenir de los años, se ha consolidado una amistad social sobre la base de la recepción e integración de diversas religiones y pueblos que aseguró siempre una convivencia pacífica en esta Nación libre y soberana que se presentaba ante el mundo como un horizonte de esperanza. La fe cristiana acompañó también, desde el inicio, el camino de nuestro pueblo argentino hacia la definitiva independencia y, en la actualidad, esa misma fe ha de afrontar serios retos, pues está en juego el desarrollo armónico de la sociedad y la identidad católica de su pueblo que en nada niega la importancia del ecumenismo y del diálogo interreligioso”, continuó.

“Los pueblos han de mirar tanto al pasado como al porvenir sin absolutizar el tiempo sino, por el contrario, descubriendo que el mismo es, siempre y necesariamente, un proceso, una dinámica, con una dirección definida, pero que depende, también, del pasado vivido y de la asunción decidida y veraz del presente que se está viviendo. Hay, en efecto, tiempos fundacionales, heroicos, de grandes y decisivos cambios y otros, en cambio, más corrientes y, en apariencia, menos importantes. Sin embargo son justamente estos tiempos los más aptos para “poner cimientos” que garanticen un futuro mejor y más promisorio. Ciertamente estos tiempos suelen ser los más arduos de vivir y requieren perseverancia, fortaleza, y un discernimiento y una sabiduría susceptibles de expresarse en decisiones firmes. La heroicidad de estos tiempos no es visible, pero allí está, siempre presente”, resaltó. 

“Estamos en el fin de un gobierno y en el cierre de un ciclo y no en los momentos fundacionales de la épica y el heroísmo visibles y unánimemente reconocidos y exaltados. Por el contrario, los argentinos debemos detenernos a reflexionar a fin de decidir, con lucidez, valentía, generosidad en la renuncia a ambiciones personales, a través de un diálogo sincero y veraz, el rumbo que queremos que tome nuestra Nación a partir de las elecciones provinciales y nacionales que se avecinan. La celebración del Bicentenario y, más aún, el inicio del tercer centenario así lo exigen. Es nuestra obligación hacer de esta Nación Argentina la tierra de promisión que supo ser y que, lamentablemente, ya no es”, expresó. 

“Los argentinos tenemos, ciertamente, la posesión de un rico legado de recuerdos y hemos sabido hacer grandes cosas juntos. Basta mirar la entera historia de nuestro país con una lectura honesta, completa y despojada de toda ideología que siempre tiende a parcializar y, en la misma medida, a negar la realidad que, a la postre, es la única verdad, para descubrir que nuestra Patria ha sido rica en cultura, en logros, en recursos, en intelectuales, educadores, artistas, científicos, políticos y también, por qué no afirmarlo, santos”, siguió.

“Puestas nuestras bases fundacionales por los Padres de la Patria y promulgada, luego, la Constitución en 1853, podemos afirmar que – más allá de las dificultades y enfrentamientos que debimos superar – las primeras décadas independientes, en su conjunto, pusieron sólidos cimientos para una fecunda y plena vida en común. Hemos vivido mucho tiempo de esas bases que han dado lugar a un sólido desarrollo hasta hacer, de Argentina, una tierra de promisión en la que la inmigración, venida desde los más diversos pueblos, religiones y culturas, se fue integrando paulatinamente hasta formar una sociedad democrática y pluralista. No nos ha ido ciertamente nada mal”, dijo.

“Pero ya va siendo hora de refrescar y remozar; de recoger creativa y verazmente nuestro pasado y, sobre todo, de encontrarnos los ciudadanos para acordar un programa para los próximos tiempos. Un programa que deje definitivamente de lado los recelos, los enfrentamientos y peleas, los odios que carecen de fundamento y sentido y las ideologías que nos dividen y dañan la Patria. Un programa en el que todos, finalmente, nos reconozcamos hermanos y compañeros de camino. Resulta indispensable recuperar los valores que hicieron grande nuestra tierra; la verdad, el diálogo, el bien común, el respeto mutuo, la justicia, la solidaridad. Para ello hemos de encontrar el modo de reconciliarnos, corregirnos y valorarnos. En suma, un programa en el cual brillen la inteligencia, la generosidad y la entrega, donde lo material esté al servicio de todos y donde el cultivo de lo espiritual deje de ser bien reservado a pocos. Hemos de trabajar por recuperar la dignidad de la persona humana respetando todos sus derechos – ante todo el derecho a la vida – que sigue siendo sistemáticamente vulnerado, el derecho a una familia constituida conforme al derecho natural y no al capricho de un conjunto de legisladores que impongan modelos inaceptables, el derecho a la educación, a la salud, a un trabajo digno y bien remunerado”, indicó.

“No es éste el lugar ni el momento para reclamos. El Episcopado argentino ha hecho públicos los mismos en diversas oportunidades, con respeto y ánimo de comunión, pero con claridad. Hago míos, personalmente, todos esos pronunciamientos. Es indispensable que, dejando de lado intereses mezquinos, todos los ciudadanos, pero especialmente los dirigentes y, entre ellos, los que aspiran a obtener cargos en las elecciones que se avecinan se comprometan a poner en claro sus ideas y programas de gobierno y que, luego, cumplan con lo prometido. La Iglesia, que acompañó a la Patria desde sus orígenes, la seguirá acompañando esforzándose por reflejar en su vida lo que anuncia en su doctrina”, opinó. 

“Nos vamos acercando al Bicentenario de la Independencia que debemos celebrar como un magno acontecimiento en el que, también, tendremos el Congreso Eucarístico Nacional. Es necesario que hoy mirando de cara a Dios, nuestro Padre, le preguntemos: Señor, ¿Qué quieres que hagamos?, ¿qué quieres de nuestra Patria y de los argentinos?. En el recogimiento sagrado de esos momentos en que dirijamos estas preguntas dispuestos a comprometernos con la respuesta, Dios nos mostrará cuál es el camino que debemos transitar en este tiempo de dolor y esperanza” sostuvo. 

“Quiero concluir estas reflexiones repitiendo algunas peticiones de la Oración del Congreso Eucarístico Nacional de 2016: Jesucristo, Señor de la historia, en el Bicentenario de la Independencia de nuestra Patria, agradecemos tu presencia constante en nuestra historia, pedimos tu gracia para forjar el presente guiados por tu Evangelio. Ponemos en tus manos nuestro futuro con esperanza y compromiso. Con la alegría que nos da tu Palabra, salimos al encuentro de todos los argentinos, sin excluir a nadie, para gestar juntos una cultura del encuentro en la Patria. Te pedimos, además, que nos ilumines para encontrar el camino hacia una reconciliación definitiva que, respetando la justicia y fomentando la fraternidad, nos permita afianzar nuestra amistad social para llegar así, juntos, a construir la Nación que, por destino debemos ser y que queremos y podemos ser si, confiando en Ti, nos ponemos a la obra. Amén”, finalizó.


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Si tenés un familiar victima de desaparición forzada y aun no diste tu muestra de sangre lo podés hacer ahora y ayuda a identificarlo.La toma de muestras son gratuitas, hechas por el Equipo Argentino de Antropología Forense dentro de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas. Llama e 0800-333-2334, de lSec. DDHH Tuc. –Juzgados Federales 1 y 2 Tucumán.



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