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19/10/2014 - Fútbol español

48.000 niños defienden la camiseta de Real Madrid

Las camisetas de los dos gigantes del fútbol español, Real Madrid y Barcelona, son un icono omnipresente prácticamente en cualquier lugar del mundo, pero aún más en los países en desarrollo.

Por eso, según explica el mítico ex delantero del equipo blanco Emilio Butragueño, "la idea de crear unas escuelas del club por el mundo procede de la necesidad de devolver a esos lugares el cariño que nos profesan".

Con la apertura de dos nuevos centros en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), el club blanco se acerca a las 360 escuelas abiertas en todo el mundo, en las que unos 48.000 niños juegan al fútbol con camisetas con el escudo madridista y adquieren hábitos de vida correctos alejándose de entornos difíciles.

"Nos centramos en cada país en aquella problemática que destaca más", señala Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club. "En Colombia, donde tenemos 57 centros, en los entornos de la droga; en Perú, en los de las pandillas; en África, con los niños de la guerra. El fútbol, el formar parte de alguna forma de un club como el nuestro, es una alternativa que atrae a los chicos frente a esas actividades".

La Fundación del Real Madrid busca socios en cada país que se encarguen de gestionar directamente las escuelas; en el caso de Bolivia, la Fundación Alalay. El club cuenta con cinco formadores especializados que aleccionan a los preparadores que trabajarán directamente con los chicos y hacen un seguimiento de su trabajo posterior.

Con su fama, el club contribuye además a conseguir la financiación necesaria para mantener los centros. Las visitas de figuras como Butragueño, muy comprometido con la labor, resultan también decisivas para sumar publicidad y captar el interés de las empresas. También algún miembro de la primera plantilla, como el brasileño Marcelo, ha acudido en ocasiones a visitar las escuelas.

De esta forma, en Bolivia por ejemplo pueden verse camisetas blancas con el escudo madridista y la publicidad del Banco Mercantil de Santa Cruz, que es quien respalda principalmente los nuevos centros abiertos en la localidad.

"Nuestra labor a veces es confundida. Te encuentras con padres a los que se les pone el símbolo del dólar en los ojos cuando les dicen que sus chicos entran en una de nuestras escuelas", explica la responsable de la Fundación Real Madrid para América Latina, Silvia Montes-Jovellar.

"Pero nosotros no buscamos con esta actividad reclutar talento. No hay un solo chico de estas escuelas que haya llegado a la cantera del Real Madrid. Pero sí tenemos historias como la de un muchacho de El Salvador, en situación de grave exclusión social, que hoy estudia ingeniería y es a su vez monitor en la escuela en que estuvo acogido", concreta Montes-Jovellar.

En el otro lado del mundo, los asistentes a una de las escuelas madridistas próximas a Gaza deben pasar cotidianamente el checkpoint para jugar en igualdad de condiciones con alumnos hebreos.

Los requisitos para que un niño acceda a las escuelas nada tienen que ver con su calidad como futbolistas.

"Pedimos que los chicos estén escolarizados, para impulsar que acudan regularmente a la escuela; que tengan una buena actitud en el colegio, al margen de sus notas; y que tengan un riesgo de exclusión social", advierte Montes-Jovellar. Normalmente, las escuelas les reciben dos o tres días por semana, un par de horas en cada ocasión, de manera gratuita.

En ocasiones, los equipos ganadores de torneos internos, si se consigue financiación, pueden viajar a Madrid para una estancia, pero simplemente con carácter turístico.

El único centro del Real Madrid en el extranjero que responde a un modelo distinto es el abierto en China, en colaboración con el Guangzhou Evergrande.

Se trata de una gigantesca instalación, con 46 campos de fútbol y 3.150 alumnos internos, que pagan unos 4.000 euros (unos 5.000 dólares) al año por estudiar y jugar allí.

Fernando Sánchez, ex internacional español, dirige a un grupo de 400 empleados, que incluye una veintena de técnicos españoles.

La idea en ese caso sí es conseguir futbolistas profesionales que refuercen la hoy depauperada selección china. Los 25 mejores de entre ellos acudirán becados durante un año a la Ciudad Deportiva del Real Madrid.