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AMPLIARLa historia reconstruida en el film de Sepúlveda

Lanzan película sobre la cultura Coya en "Las niñas Quispe"

Un caso policial ocurrido en 1974 sirvió de excusa al cineasta chileno Sebastián Sepúlveda para mostrar en "Las niñas Quispe" la desconocida cultura ancestral Coya, que habita en forma desolada en el desierto de Atacama, distante 800 kilómetros al norte de Santiago y a más de 4.000 metros del altura.

Tres hermanas pastoras de cabra, Justa, Lucía y Luciana, se enteran de que la dictadura (1973-1990) dictó un decreto que prohíbe la tenencia de animales y lo que determinó que sus vecinos -a cinco kilómetros cada uno de distancia- abandonen sus tierras y se vayan del lugar.

Ante la soledad infinita agrandada por ese viento seco entre enormes montañas, las tres mujeres se debaten en qué hacer y el director va mostrando la realidad de un pueblo que se niega a incorporarse a la modernidad, a otro mundo. "Para las coyas -explicó Sepúlveda a ANSA- las piedras tienen vida y una gran energía.

Ellos son pueblos nómades y crean una especie de claustrofobia con las montañas, que son infinitas, un espacio que las encierra con sus temores". Hijo de exiliados que vivió en Venezuela, Suiza y Argentina, cuenta que no fue casualidad elegir la fecha del 11 de septiembre para estrenar la cinta que filmó en 2012. Explica que le impresionó que "el eco del Golpe militar" impactara a 4.000 metros a una cultura ancestral que no tenía idea de lo que estaba ocurriendo en la ciudad porque -al igual que ocurre con otros pueblos originarios de América Latina- "viven en épocas culturales distintas".

Director del documental "El Arenal" (2008), éste es el primer trabajo de ficción de Sepúlveda. Protagonizada por Catalina Saavedra ("La Nana"), Francisca Gavilán ("Violeta se fue a los cielos") y Digna Quispe (sobrina real de las hermanas), la película ha sido destacada por sus actuaciones y por su cuidada fotografía, a cargo de Inti Briones, quien recibió un reconocimiento a su trabajo en el Festival de Venecia.

Otras distinciones fueron una Mención Especial en el Festival de Cine de Mar del Plata, Argentina, y el Premio del Público del Festival Filmar de cine latinoamericano, celebrado en Suiza, y hace tres semanas otro reconocimiento en Perú.

En el relato intimista, con muy poco diálogo donde los personajes se confunden con el paisaje, Sepúlveda explica que quiso "observarlas en su justa medida y no de manera vertical sino horizontal y resaltar la idea de dignidad de esta mujeres".

"Es una poetización de la realidad", agrega, lo que queda claro además con la delicadeza que aborda el tema sexual entre las mujeres. "Estos personajes olvidados crean un rito para trascender, se colocan sus mejores ropas y se entrelazan con una soga para que sus almas estén siempre juntas. Este amor eterno entre hermanas me impresiona y la ritualización me conmueve, también", añade.

Consultado por sus expectativas frente al público chileno, el cineasta confiesa que "en Chile hay poca cinefilia, y eso tiene que ver con el tema de la calidad de la educación y que no hay gente formada para ver cine, y todo se atiene a lo que se ve en televisión".

Pero tampoco -se queja- hay políticas de promoción del cine, entonces lo que hay son festivales, pero se es un público de ghetto". Al estreno que se hizo en Copiapó fue invitada Digna Quispe, quien se excusó porque "las cabras están pariendo", lo que a juicio de Sepúlveda revela lo central y lo que son los tiempos para estas culturas que se están extinguiendo. "Las Niñas Quispe" se exhibirá a lo largo de todo el país, aunque en salas pequeñas. "En Francia, recalca el cineasta, nos fue increíble y acá la lanzo y siento que es como un grito solo al aire".