La rápida reacción de los vecinos de la localidad cordobesa de Bower, evitó que se trasladaran 10 toneladas de baterías desde la Ciudad de Buenos Aires. Para impedir hechos similares, organizaciones ambientalista enviaron a la legislatura de Córdoba un proyecto que prohíbe el ingreso de residuos peligrosos.
P&M entrevistó al autor del proyecto, Raúl Montenegro, y al intendente de Bouwer.
La localidad de Bouwer y Potrero del Estado, un caserío cercano, se
encuentran a unos 20 kilómetros de la ciudad de Córdoba y tienen el
triste privilegio de estar entre los pueblos más contaminados de la
Argentina.
A este lugar la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos
Aires planeaba enviar 10 toneladas de pilas usadas para ser tratadas
por el depósito de residuos peligrosos Taym hasta que el hecho se hizo
público y la rápida reacción de los vecinos de Bouwer, con cuatro años
de experiencia de lucha ambiental, por ahora lograron hacer desistir a
la administración macrista.
Para evitar medidas de este tipo, la Fundación para la Defensa del
Ambiente (FUNAM), que trabaja en conjunto con la agrupación vecinal
“Bauwer sin basura”, presentó esta mañana un proyecto de ley ante la
legislatura cordobesa para prohibir el ingreso de residuos peligrosos a
la provincia y promover el tratamiento de pilas usadas.
El texto, elaborado por el biólogo Raúl Montenegro, presidente de la
FUNAM y ganador del Premio Nóbel Alternativo en 2004, explica que “cada
pila y batería tiene en promedio un 30 por ciento de sustancias
tóxicas, y que en el caso de las pilas de óxido de mercurio su
contenido tóxico es del 50 por ciento”, y agrega que estas últimas
pueden contaminar hasta 600 mil litro de agua.
En diálogo con Política&Medios, el doctor
Montenegro recalcó la importancia del proyecto “para no tener otra vez
el mismo problema”, ya que consideró que “fue patético lo que pasó en
la Ciudad y creo que en ningún momento se les ocurrió que alguien se
iba a enterar”, y adelantó que mañana la legislatura va a sacar una
declaración en contra del ingreso de las pilas porteñas a Córdoba.
“La ley además apuntaría al tratamiento de las baterías usadas, que acá
en Córdoba es un desastre, y las propias empresas se harían
responsables de su tratamiento. Lo que haría el Estado es captar lo que
las personas almacenan y hacer el giro a las empresas responsables”,
agregó.
Los vecinos de Bouwer llevan ya cuatro años con sus protestas y
reclamos judiciales, que comenzaron con el pedido por el relleno
sanitario que funciona desde hace 26 años y donde se entierran 2 mil
toneladas diarias de basura. A ese pedido se sumó el de levantar el
depósito judicial con 20 mil vehículos y un incinerador de residuos
patógenos, que funcionó hasta diciembre pasado.
“Fue una lucha totalmente exitosa porque el relleno sanitario, que
tiene una montaña de 50 metros continuos de basura, iba a operar hasta
el 2017 y ahora deja de hacerlo en abril del 2010. En el depósito de
vehículos logramos que se reciclara y desarmara y el incinerador ya
está cerrado”, contó Montenegro, aunque señaló que parte de la pelea
“es lograr la remediación”, para que se traten esos contaminantes.
En Bouwer y Potrero del Estado viven cerca de 2 mil personas y ninguna
fue consultada sobre la instalación de estas potenciales fuentes de
contaminación.
“Ni siquiera tributan o aportan algo a la comunidad”, remarcó el jefe comunal, Juan Lupi, en diálogo con P&M
y consideró que “cada municipio debe hacerse cargo de su basura y no
veo bien que nosotros estemos receptando residuos de todos lados,
porque a Tayn entran hasta camiones de Chile con líquidos peligrosos”.
Cuando la empresa de tratamientos opera por varios días seguidos, “no
se aguanta el olor de noche y es inaguantable pasar por en frente”,
contó y sostuvo que debe haber “mal tratamiento de los residuos, ya que
por los gases que emana la planta secan los cultivos de alrededor”.
“Hace 25 años que recibimos la basura y es momento de hacer algo para
dar un vuelco en la vida del pueblo. Hay muchos problemas respiratorios
y han nacido perros con labios leporinos, potrillos con convulsiones,
chanchos sin pelos, sin ojos, con doble sexo”, concluyó Lupi.
Aún no se han realizado estudios de impacto ambiental o epidemiológico
para conocer el alcance de la contaminación en esta zona de Córdoba,
afectada, además, por las fumigaciones con agrotóxicos en los campos
linderos y por una planta de fundición de plomo, que funcionó durante
30 años.
En este sentido, el miércoles los vecinos del pueblo y la FUNAM se
reunirán con la rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, Carolina
Scotto, para analizar la posibilidad de realizar un estudio ambiental.
Mientras tanto, la FUNAM prepara junto a la Universidad de Londres una
encuesta de epidemiología popular para toda la zona, “así tendremos una
idea del alcance de la contaminación, porque han aparecido
malformaciones en personas y animales domésticos. Esto ya se lo pedimos
a la Provincia y no pasó absolutamente nada”, señaló Montenegro.
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